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    Entrevista con Ramón Labañino: El Amor No Está Preso

    Del Revista Cubano Bohemia



    Por LISET GARCÍA
    En el mínimo espacio de una celda no cabe un hombre como Ramón Labañino Salazar o cualquiera de sus cuatro hermanos. El espíritu, las ideas, su historia individual abarcan una dimensión imposible de aprehender, y sobre todo de encarcelar. Lo peor para quienes decidieron confinar a estos héroes el 12 de septiembre de 1998, es que tampoco han conseguido arrestar la verdad.

    Aquel día, Ramón Labañino Salazar tenía cumplidos una parte de sus sueños y los primeros 35 años de su existencia. Luego de casi una década de castigo y avatares legales, este hombre conserva intactos los deseos de vivir y seguir luchando.

    A ese convencimiento se llega luego de leer estas líneas enviadas a BOHEMIA, repasar su correspondencia, conversar con su esposa Elizabeth Palmeiro Casado, conocer a sus hijas e indagar cómo es ese joven que culminó estudios de Economía en la Universidad de La Habana con Diploma de Oro y ha ejecutado diversas misiones a partir de entonces.

    Las respuestas recibidas demuestran que cualquier espacio suele resultar ideal para una entrevista. Es preciso solo que entrevistado y periodista estén de acuerdo en contar lo que debe ser contado. Por eso, la única condición que puso Ramón cuando accedió a dialogar con los lectores de esta revista fue dejar aplazada una segunda parte para cuando esté entre nosotros. "Será en Cuba y pronto", escribió. Y así se hará.

    -Las informaciones hablan de que el régimen carcelario de la prisión donde te encuentras es especialmente riguroso. ¿Cómo es la vida de Ramón tras esas alambradas?

    -U. S. P Beaumont es una cárcel de máxima seguridad y como todas las de su tipo en Estados Unidos alberga a los más violentos, peligrosos y agresivos prisioneros, por lo que el sistema carcelario es estrictamente severo, restrictivo e intimidante incluso.

    "Las celdas miden siete por cinco pies aproximadamente, un espacio bastante reducido, donde nos encierran desde las diez de la noche hasta las cinco y 45 de la mañana. Los fines de semana y días feriados son hasta las seis y 45. Cada unidad está formada por dos pisos de 32 celdas cada uno, o sea, 64 en total, para un máximo de 128 ‘inquilinos’ por unidad.

    "En cada piso hay una puerta de acero que solo el guardia puede abrir con llaves. Detrás de esa puerta hay un detector de metales, después otra puerta que se abre por control remoto central desde una de las cinco torres exteriores. Solo entonces sales al campo central formado por dos pequeños terrenos de juegos de pelota, donde está todo cuadriculado por altas celdas cerradas por gigantescas alambradas de púas, cuchillas superafiladas parecidas a las que se han visto en la cárcel de Guantánamo.

    "Para acceder a cada área: el comedor, la iglesia, la comisaría y otras, hay que pasar a través de otras puertas con llaves, detectores de metales y un sinnúmero de guardias que te chequean a cada segundo. Todo eso unido a un ejército enorme de cámaras de video ubicadas en cada rincón inimaginable que registra cada actividad, cada pelea, cada mirada.

    "Otra medida de seguridad son los infames shakedowns, (registro) que consisten en chequear la celda y botar lo que se les antoje. Además cada cierto tiempo hacen pruebas de orina y de aliento para detectar drogas y alcohol.

    "Como es conocido, en esta cárcel hay presos muy peligrosos. La vida aquí está rodeada de la zozobra que provocan los hechos de violencia que ocurren a diario. Por eso son muy frecuentes los encierros en las celdas, por 24 horas o por períodos largos de tiempo, en los que no se permite ni bañarnos, ni hacer llamadas telefónicas, ni recibir visitas familiares, legales, ni consulares. Gran parte del pasado año estuvimos en régimen de lock down, como se le llama aquí a esos encierros.

    "Además estoy sometido a un programa de chequeo cada dos horas. O sea, entre las ocho de la mañana y las ocho de la noche debo dejar lo que esté haciendo y presentarme ante el guardia más cercano.

    "En medio de todo esto trato siempre de rodearme de actividades sanas, pacíficas, educativas y evito conflictos. Para mí, es simplemente Beaumont, donde he aprendido a vivir, a probarme, incluso a crecer, igual que hacen mis cuatro hermanos donde están.

    "Nuestra lucha por la paz, por un mundo mejor no es solo una filosofía de vida sino la forma de vivirla. Quiero salir de aquí como un ser humano mejor y eso nadie podrá impedirlo. Es uno de los retos y compromisos de los Cinco."

    -¿Cómo encauzas tus energías de hombre de acción, amigo de practicar deportes y que eres además un inteligente profesional?

    -Mis días aquí se debaten en una pelea constante contra la monotonía, por lo que varío con frecuencia mis actividades y horarios.

    "En la mañana, después del aseo personal, limpio, organizo mi celda y voy al laundry-room (cuarto de lavandería de mi unidad) para realizar mi trabajo de lunes a viernes, como orderly, que consiste en sacudir las máquinas de lavar y limpiar ese cuarto. El resto del tiempo lo ocupo haciendo algo que me haga olvidar la soledad y el aislamiento.

    "Hago ejercicios, corro y también practico (a solas en mi celda) algo de yoga, de fuerza, elasticidad, etcétera. Debo confesarte que para mí es imprescindible el ejercicio físico, sudar, relajarme, para liberar el estrés diario. Desde pequeño he practicado deportes fuertes; son una necesidad para mí. v "También busco satisfacer mis inquietudes intelectuales. Gran parte del tiempo lo dedico a leer y responder cartas que con todo amor y cariño les envío a todos los hermanos del mundo que nos escriben, aunque nunca damos abasto para poder llegar a todos como quisiéramos. Aprovecho esta oportunidad para agradecer en nombre de los Cinco todas las misivas que recibimos.

    "Lo importante es tratar de mantener un balance entre la actividad física y la intelectual. Es que ambas son esenciales para nosotros y eso intentamos hacer.

    "También juego ajedrez, otro deporte que me fascina y necesito jugar diariamente. A las ocho y 30 de la noche nos llaman a todos para dentro de las unidades hasta las diez, hora en que nos encierran en las celdas hasta el siguiente día. En ese horario leo la correspondencia recibida en el día, y luego oigo noticias hasta que consigo el sueño; me acuesto con Cuba y con ella me levanto siempre."

    -¿Cómo son las personas con quienes compartes espacio en la cárcel? ¿Qué has aprendido después de que estás preso?

    - He aprendido que aquí uno se relaciona con el ser humano, no con el delito que cometió, aunque hay delitos que para mí son imperdonables, como las violaciones, los maltratos a menores, los asesinatos. Fuera de eso he conocido seres realmente sensibles, incluso honestos, con algunos de ellos he compartido y aprendido deportes, habilidades.

    "Quiero subrayar que los reclusos y el personal de la cárcel me han tratado con respeto; saben que soy cubano."

    -¿Las autoridades del penal conocen las decisiones sobre el proceso? ¿Cómo reaccionan frente a eso?

    -Creo que ellos saben de las decisiones que ha habido en nuestro caso, en especial la anulación del proceso realizada por los tres jueces de Atlanta. Entonces, me preguntaban cuándo me iría libre, y por qué estaba aún en la cárcel. Luego, cómo andaba el caso, por qué las demoras. Les cuento de las maniobras del Gobierno, las apelaciones…

    -En estos años de encierro has podido ver a tu esposa Elizabeth y a tus hijas Ailí, Laura y Lizbeth en unas pocas visitas a la cárcel. En las escasas fotos de esos encuentros permitidas por el reglamento carcelario no se ve qué pasa por la mente de Ramón cuando las abraza, único momento, el de la foto, en que les está permitido tocarse. ¿Cómo transcurren las visitas? ¿Y la hora de despedirse, sabiendo que volver a verlas es una desconcertante incógnita por el régimen de la cárcel y las demoradas visas?

    -Las visitas de mi Eli y mis tres pequeñas son los momentos más felices que tengo en todo este tiempo de encierro. Cuando estoy con ellas nada existe, nada importa, solo el amor, la ternura, la felicidad de tenerlas. Me olvido del lugar donde estoy y es como si estuviera en casa o un parque con ellas, en Cuba. Me entrego con toda la pasión de esposo y padre. Por mi mente solo pasa extender cada segundo y conservarlo. Es un momento mágico; desnudo el alma de las cuatro y me meto en cada pedacito de sus vidas, de sus realizaciones, de sus sueños. Las aconsejo, las educo, las inspiro, las cuido, les enseño todo lo que se puede en ese espacio. Ellas hacen igual conmigo.

    "Entre Eli y yo creamos ese marco familiar que tanto añoramos vivir cotidianamente. Reímos, cantamos, discutimos, criticamos, estimulamos, analizamos metas y sueños, incluso lloramos. No han faltado los regaños; es también ese mi deber como padre, aunque después las llene de halagos y estímulos.

    "El momento de las fotos es muy especial. Entonces podemos caminar juntos y abrazarnos los cuatro, tal como sueño hacer luego del regreso.

    "Las despedidas son lo más difícil, terrible. Ese último día, ese último minuto es desgarrador para todos. Siempre guardo mi mejor sonrisa para ese día. Trato de alejar toda la tristeza para pasar ese trance sin dolor ni lágrimas. Por eso les digo que ese no es el final de una visita mágica sino el principio de otra jornada de pasiones.

    "El dolor de no saber cuándo nos volveremos a ver se compensa con el convencimiento de que nuestro amor es invencible. Sueño todos los días con ese amor que nos une; eso me mantiene vivo y animado. Algún día recuperaremos la ternura y los afectos que hoy nos prohíben."

    -Tus hijas crecen y se están haciendo mujeres sin la cercanía de su padre. ¿Qué esperas de ellas? ¿Cómo quieres que te vean?

    -Espero que mis hijas sean lo máximo. Quiero que estudien mucho y siempre, que se gradúen en la universidad en la especialidad que prefieran. Que se realicen en todo sentido, como seres humanos, como mujeres. Viven en un país en donde no hay límites para los sueños, y sé que ellas lograrán el suyo. Quiero que sean eternamente cubanas y revolucionarias.

    "Quisiera que me vean como al padre que, aunque se alejó de ellas, no las abandonó. Todo lo hizo por amor, por salvar los sueños y la seguridad de los cubanos, por tratar de ser consecuente con mis deberes de ser humano y de revolucionario. Quisiera que tuvieran siempre presente cuánto las amo."

    -He conversado largas horas con Elizabeth y he visto cómo se le ilumina el rostro cuando habla de ti. ¿Cómo te las arreglas para seguir alimentando aquel amor que los unió? ¿Cómo resuelves el desafío que supone esta separación entre ustedes? En tu opinión, ¿cómo ella asume, a nombre de los dos, la tarea de educar y conducir las vidas de Laura y Lizbeth?

    -El amor tiene muchas existencias. No solo se alimenta de la presencia física, del sexo; aunque ambas son muy importantes, no son imprescindibles. La existencia espiritual, íntima, dulcísima y profunda suele ser indestructible.

    "La gran ventaja que tenemos Eli y yo es que hemos vivido y disfrutado intensamente como amantes, como fieles amigos, como eternos compañeros cada segundo que compartimos juntos. En las actuales circunstancias, utilizamos todos los recursos, desde las cartas, las llamadas y las visitas, hasta la poesía, la pintura y la comunicación de nuestros espíritus.

    "Con esa fuerza que nos da el convencimiento del amor, sé que volveré a sus brazos para seguir siendo lo que hemos sido siempre: uno solo.

    "Elizabeth es una mujer especial y un ser humano extraordinario. Ha superado todas las pruebas. Además de fiel y amorosa esposa, ha sido compañera de batalla en esta causa que defendemos. Su papel como padre y madre de nuestras hijas lo ha cumplido con virtud impecable.

    "Siempre supe que sería difícil encontrar una pareja que soportara los avatares de mis misiones, de mi vida. Pero cuando conocí a Eli, salí de dudas y comprendí que ya había hallado a esa persona. Los hechos lo han demostrado. Tengo para ella solo amor, gratitud eterna y ternura infinita."

    -Es conocido que ni a tu mamá pudiste contarle la labor que estabas haciendo fuera de Cuba. ¿Qué tan difícil fue callarte incluso cuando sabías que no la volverías a ver?

    -Mira, mi adorada madre Nereida tenía el sueño de que yo fuera militar o doctor. Le hubiera encantado que escogiera una de esas dos carreras. Pensé alguna vez al concluir el 12 grado pedir Medicina para complacerla. Sin embargo desde muy joven ya yo honraba su sueño, aunque no pude decírselo nunca.

    "En 1998 durante mi viaje urgente a Cuba por su delicado estado de salud estuve tentado de revelarle la verdad, que no estaba en Europa ni presidía una corporación, como todos suponían. Pero nunca lo hice pues ponía en riesgo las importantes tareas que desempeñaba. Por eso le escribí aquellos versos Deuda y Carta a una madre ausente."

    -Los Cinco suelen hablar a menudo en nombre de todos. ¿Cómo se ponen de acuerdo? ¿Se comunican?

    -¿Crees en la comunicación extrasensorial? Pues algo así nos ocurre a los Cinco. No necesitamos hablar, comunicarnos, para saber lo que piensa cada uno. Creo que se debe a que todos fuimos educados en los mismos ideales, razonamientos, sueños. Estoy seguro de que cualquier cubano digno haría igual. Somos fruto de un pueblo, de una generación que se niega a claudicar, a abandonar la independencia, la soberanía nacional, el socialismo.

    -¿Qué virtud admiras más de cada uno de tus cuatro compañeros de lucha? ¿Cuáles son las claves en que ustedes cinco han depositado sus esperanzas para lograr el regreso?

    -Muchas virtudes tienen mis hermanos, que admiro. En particular destaco en Gerardo su humor eterno; en Tony, su sensibilidad y nobleza; en René, su exquisita cultura, y en nuestro Fernando, su virilidad y determinación.

    "Nosotros defendemos una causa totalmente justa y noble; solo hemos utilizado nuestra inteligencia. Nunca le hemos hecho daño a nadie ni a nada, al contrario, hemos intentado salvar la vida de seres humanos inocentes, luchando contra el terrorismo y evitando las guerras.

    "Contamos con el apoyo de nuestro pueblo y con muchos hermanos del mundo, lo que es esencial en esta batalla. Si obtuvimos dos importantes victorias (la anulación del juicio por los tres jueces de Atlanta, y la declaración del Grupo de Detenciones Arbitrarias de la ONU de que nuestro arresto es ilegal y arbitrario), la justicia real puede llegar en cualquier momento. Esta es la esencia de nuestro optimismo y nuestra convicción de que la victoria final y el retorno hermoso a la Patria y a la libertad llegarán."

    -¿Cómo sientes a Cuba? ¿En qué confías más, y qué es lo que más te preocupa de tu país? ¿Ves alguna amenaza para la Revolución Cubana?

    -A Cuba la siento en el alma, en la piel, en todo momento. Sin ella no existimos. Confío en nuestro pueblo, en la Revolución, en nuestro socialismo humano, que debemos cuidar bien de amenazas reales y de la ambición del imperio. Por eso debemos estar preparados y listos para cualquier contingencia. También hay que extremar la vigilancia desde adentro para que mentes débiles, amantes de la pacotilla y la traición, no imperen.

    "Fidel existe y existirá siempre porque vive en el pueblo, en sus ideas, en su modo de hacer la Revolución. Pero no es por generación espontánea que se mantendrá, sino batallando y cuidándola. Haremos en Cuba una sociedad cada vez mejor, más avanzada, justa y humana, con el esfuerzo de todos.

    "Cuba representa el sueño de muchos en el mundo. No podemos cometer el grave error de fallarle a la humanidad."

    -¿En qué figuras o personalidades te inspiras para resistir día a día?

    -La historia de nuestra Patria es nuestra inspiración. Pero como me pides que singularice –es muy difícil hacerlo, tendría que decir muchos nombres–, te diría que pienso en Martí, en Maceo, en Mariana, en Che, en Celia, en Fidel…

    -¿Has tenido algún momento de flaqueza o de duda? Si la has tenido, ¿cómo la has vencido? Si no, ¿por qué?


    -Cuando se defiende una causa justa como el derecho a la vida de un pueblo, de la humanidad, no existe espacio para la flaqueza y la duda. Sabes que este es el camino y cómo actuar, qué hacer en cada momento y ante cada prueba. Te acompañan la verdad y el amor a la vida.

    -¿Qué piensas del pueblo de Estados Unidos? En especial, quisiera tu valoración de la labor que hacen las personas solidarias con el caso, con quienes mantienes vínculos epistolares desde la cárcel.

    -El pueblo de Estados Unidos es muy trabajador, cariñoso, amistoso y alegre. Guardo excelentes recuerdos de este pueblo, de su gente y su vida. El afecto que recibí de algunos de ellos los conservaré siempre. Muy especial es la solidaridad de todas las compañeras y compañeros que enfrentados a todas las adversidades de estos tiempos nos apoyan con valor, determinación, en la defensa de Cuba y de nuestra libertad. Ellos representan lo mejor, lo más puro del pueblo norteamericano.

    "Tan importante es la solidaridad que pienso que la solución de nuestro caso tendrá seguramente que ver con ella y la presión nacional e internacional que obligue a aplicar bien la justicia, las leyes y la Constitución de este país. Ya hemos obtenido dos victorias en 2005, año que marcó pautas decisivas. Por eso veo el retorno a nuestra tierra cada vez más cercano. Por ahí anda la luz."

    -¿Qué opinión tienes de tu abogado, cómo han transcurrido las relaciones entre ustedes, pese a las violaciones que ha habido en ese particular?

    -Cuando empezó el juicio la Fiscalía limitó los contactos entre mi abogado William Norris y yo, lo que hizo difícil el proceso. Ahora estamos muy distantes, él en Miami y yo en Texas; la comunicación se dificulta. Básicamente ha sido a través de cartas y documentos oficiales, por fin de año, etcétera.

    "A pesar de los obstáculos, las relaciones entre nosotros son buenas, cordiales, de respeto, incluso de cariño. Hemos logrado que entienda bien la esencia del caso, y pudiera decirte que él me ve como un patriota que defiende su patria como él mismo lo haría."

    -Si te permitieran montarte en una máquina del tiempo y volver tu vida hacia atrás, ¿qué cosas harías exactamente igual y qué diferente?

    -Lo haría todo exactamente igual.

    -¿Te has imaginado el regreso a Cuba? ¿Qué quisieras hacer tan pronto llegues?

    -He imaginado, soñado, analizado, pintado el regreso a Cuba, hasta bromas hemos hecho entre los Cinco. Pero nada será tan extraordinario como vivirlo. Solo sé que será grandioso, el día más hermoso y feliz de nuestras vidas. Tenemos miles de planes. Quisiera poder abrazar a cada cubano y después ir al lugar donde descansa mi madre para llevarle flores y poner estas palabras en su descanso eterno: Madre, yo cumplí tu sueño. Te ama eternamente, tu Ramoncito.



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