Home | About Us | Archive | Documents | Campaigns & Issues | Links | Contact Us


      "Nos encontramos en una batalla permanente para revertir la triste herencia de intervencionismo y expoliación imperialista de los países de la región"

      Entrevista por Fire This Time (FTT) con el embajador de Venezuela en Canadá, Su Excelencia Wilmer Omar Barrientos Fernández

      Fire This Time: Gracias por hacer esta entrevista con nosotros, en un momento tan crítico para Venezuela y el movimiento de solidaridad con Venezuela. ¿Cuál es el asunto más importante y urgente para Venezuela hoy? ¿Es la economía, con retos como la inflación y las sanciones o, es la política, con retos como la corrupción, los reaccionarios y la derecha?

      Sr. Barrientos: Venezuela vive un momento histórico transcendental. Es una etapa histórica decisiva para la continuidad de una gestión gubernamental progresista, libre, independiente y soberana, y sin ataduras a los postulados neoliberales. Venezuela vive una verdadera democracia, cuyo centro es el ser humano y por eso es participativa y protagónica. Nos encontramos en una batalla permanente para revertir la triste herencia de intervencionismo y expoliación imperialista de los países de la región, y Venezuela es parte de los pueblos de Nuestramérica que mantienen su conciencia intacta sobre los abusos y atropellos cometidos. El pueblo venezolano ha resistido y no acepta menoscabo alguno de su condición de nación libre, soberana e independiente.

      Ante esta firmeza, reflejado con el exitoso proceso de convocatoria, elección e instalación de la Asamblea Nacional Constituyente, se han acrecentado las amenazas imperiales -incluso militares, y se han impuesto sanciones económicas unilaterales e ilegales, pretendiendo establecer un cerco diplomático contra Venezuela, como muestra del desespero de los centros de poder hegemónicos ante los fracasos recurrentes en sus intentos de desestabilización para derrocar a un presidente constitucionalmente electo y desmontar, desmantelar o arrasar cualquier vestigio del proceso iniciado por Chávez, y que ha tenido como guía el ideal de libertad y justicia de Simón Bolívar.

      Ciertamente, Estados Unidos ha aumentado su escalada intervencionista contra Venezuela, pues el 11 de agosto de 2017, el mandatario estadounidense, Donald Trump, amenazó, sin eufemismo, con una intervención militar como una de las opciones que maneja el imperio más agresivo, guerrerista y armamentista en la historia de la humanidad. El 25 de agosto de 2017, la administración Trump prosiguió con su arremetida emitiendo una orden ejecutiva con la quinta ronda de sanciones contra Venezuela, afectando marcadamente nuestra capacidad para realizar transacciones financieras con personas o instituciones con operaciones en Estados Unidos, dichas sanciones económicas sí están contribuyendo a crear una profunda crisis que la sufren con mayor rigurosidad los sectores más desposeídos.

      Estas medidas las han adoptado en nombre de un supuesto interés para ayudar al pueblo de Venezuela, pero realmente son acciones hipócritas ya que con las mismas se busca profundizar la crisis económica para convertirla en una crisis humanitaria y afectar a los sectores populares, que son la mayoría en Venezuela y principal soporte de la Revolución Bolivariana.

      Afortunadamente, además del rechazo categórico a todas estas acciones, nuestro gobierno ha visto estos ataques imperiales como una oportunidad para liberarnos de la dominación del dólar, y el presidente Maduro adoptó una serie de medidas para contrarrestar los efectos perniciosos en nuestra economía, siendo la más emblemática la implementación de una cesta monetaria para el uso de varias divisas de países emergentes en nuestro relacionamiento financiero externo. La exitosa gira realizada recientemente por el presidente de Nicolás Maduro confirmó que Venezuela no está sola y cuenta con el respaldo de varios Estados con los que mantenemos una asociación estratégica o un marco de cooperación bilateral en progreso.

      Sabemos que Estados Unidos no está solo en sus pretensiones injerencistas y de pretendido tutelaje sobre Venezuela. Washington ha llamado a todos sus aliados a seguir el camino con sanciones similares, y lamentablemente, entre ellos, se encuentran muchos países de América Latina sobre los que Estados Unidos, prácticamente, dan instrucciones. Desafortunadamente, Canadá ha imitado este comportamiento violatorio del Derecho Internacional y, el 22 de septiembre de 2017, adoptó medidas análogas que perturban los lazos de amistad, dicen que, para ayudar al pueblo venezolano, pero es ese mismo pueblo que al final sale más perjudicado. Con su decisión, Canadá no valoró el marco de respeto que hemos mantenido durante casi 70 años de relaciones ininterrumpidas. Con sus acciones, Canadá tampoco dio muestras de su independencia del tutelaje estadounidense, como lo pregona, y con esto sigue sin mostrar un auténtico y verdadero liderazgo propio en Latinoamérica, y con este tipo de posturas jamás lo va a conseguir.

      Evidentemente que las grandes corporaciones mediáticas han dado otro matiz a estas acciones ilegales y mantienen su campaña mediática de distorsión de la realidad y de desprestigio internacional contra Venezuela, como parte de su contribución sistémica para proteger los intereses del poder hegemónico mundial para garantizar la permanencia de su pretendida dominación global.

      En su estrategia, estas corporaciones comunicacionales transnacionales también han difundido en todo el mundo una imagen de Venezuela como un país en bancarrota y con una crisis económica insuperable. Con la imposición de sanciones unilaterales e ilegales se ha profundizado la guerra financiera internacional, acciones que junto al quiebre del modelo rentista petrolero y la guerra económica interna, han desestabilizado a la economía venezolana, agudizando la escasez de productos básicos y golpeando a los sectores más vulnerables de la población. Entre otras medidas, el Gobierno Bolivariano ha impulsado un plan de diversificación de la economía cuyos efectos serán vistos a mediano y largo plazo; pero para atender las necesidades inmediatas del pueblo se crearon los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP), una nueva forma de organización popular que beneficia, de manera directa, a 6 millones de familias, con la distribución, casa por casa, de más de 60.000 toneladas de alimentos cada semana, y este alcance sigue creciendo.

      También se nos ha querido imponer la matriz de que somos un gobierno dictatorial e irrespetuoso de los derechos humanos, y Venezuela está trabajando en esta materia y sus esfuerzos han sido reconocidos en diversos foros internacionales. Por ejemplo, en el último Examen Periódico Universal del Consejo de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas, Venezuela fue mejor evaluado que Estados Unidos. En Venezuela hay libertad de expresión plena, la gente puede decir lo que quiera, y en el caso de los señalamientos de la existencia de supuestos presos políticos, los ciudadanos o dirigentes detenidos y aun privados de libertad, han sido responsables de violar el ordenamiento jurídico interno por las instancias judiciales competentes.

      Nuestro gobierno está trabajando con ahínco para resolver un problema histórico, producto de la renta petrolera, como lo es la corrupción, y hoy en día se ha hecho más visible, pues durante los 40 años de democracia representativa la ocultaban para beneficio de una elite excluyente y clasista.

      FTT: También quisiera preguntarle acerca de la Asamblea Nacional Consistente, ¿cuál es su evaluación del proceso hasta ahora?

      Sr. Barrientos: La Asamblea Nacional Constituyente ya es un hecho político-jurídico y es un fiel reflejo de la voluntad soberana, de la firme dignidad de un pueblo con una clara conciencia política, un bastión de la resistencia latinoamericana.

      Desde su elección, el pasado 30 de julio de 2017, y de la instalación de este poder originario, el pasado 04 de agosto de 2017, Venezuela ha vuelto a la normalidad poniendo fin a las manifestaciones violentas y vive en un clima de paz y de tranquilidad ciudadana. La Asamblea Nacional Constituyente es un instrumento de paz y diálogo, y su convocatoria por parte del Presidente Nicolás Maduro estuvo siempre apegada a la Constitución, a nuestro marco jurídico, y quien conoce nuestro texto constitucional sabe que es un elemento apegado a esta. Su llamado estuvo dirigido a restaurar la paz nacional, privilegiando el respeto y la tolerancia política, frente a la violencia generalizada que pretendieron imponer los factores de la oposición venezolana y la injerencia imperial creciente encabezada por Estados Unidos, y secundada por Canadá.

      La elección de la Asamblea Nacional Constituyente fue un proceso exitoso para toda la sociedad venezolana, y respaldado con la participación de más de 8 millones de venezolanos, cuyo único deseo es vivir en paz y que sea el propio pueblo venezolano que determine el destino del país rechazando cualquier injerencia externa y, de este modo, mantener, y profundizar, las conquistas sociales alcanzadas desde la llegada de la Revolución Bolivariana bajo el liderazgo del Comandante Hugo Chávez.

      Desde que se instaló este poder, observamos que como respuestas los poderes imperialistas han arreciado el asedio contra Venezuela incrementado sus ataques, sus amenazas y su injerencia abyecta.

      FTT: ¿Qué crees que debemos hacer para construir un movimiento de solidaridad más fuerte con Venezuela y el proceso revolucionario bolivariano aquí en Canadá?

      Sr. Barrientos: Es fundamental que los pueblos que tienen clara conciencia de que en Venezuela no hay una dictadura, que no se está deteriorando la democracia, sino que se quiere profundizar una verdadera democracia. digan la verdad y contrarresten las mentiras virtuales creadas contra Venezuela en su pretensión por apoderarse de las inmensas riquezas del país.

      Hoy más que nunca debemos crear una gran red de solidaridad para estar interconectados y denunciar la arremetida de los poderes imperiales contra la soberanía venezolana. Venezuela es el punto central de los ataques de los centros hegemónicos contra los países progresistas y, de caer Venezuela, sería un duro golpe para todos los pueblos libres del mundo. No permitamos que este supuesto negado se haga realidad.

      FTT: Gracias por esta entrevista.



      Back to Article Listing