El 24 de febrero de 2019 más de 7,8 millones de cubanos y cubanas votaron en el referendo constitucional del país. De los y las cubanas que votaron, 86.85% dijeron “SÍ” a la nueva constitución con solo 9% de rechazo a la opción “NO”. Con el uso de procedimientos democráticos que fomentaron un debate enérgico y abierto, fue un avance importante para el proceso de reforma constitucional cubana y para enfrentar los desafíos económicos y políticos de la nación caribeña.
La necesidad de una nueva Constitución
Desde el triunfo de la revolución cubana el 1ro de enero de 1959, Cuba ha estado trabajando en la construcción de un país y un gobierno que reconozca los derechos de todo ser humano a la vivienda, al trabajo, a la salud, a la educación, a la dignidad y a la igualdad. Cuba es diferente a otros proyectos socialistas que surgieron antes y después. No ha seguido una receta específica ni copiado con exactitud los métodos de otros países. Esto implicó desarrollar una visión única y transformar el sistema legal y político desde su misma raíz, la Constitución nacional. Primero, en febrero de 1959, se aprobó lo que Cuba llamó la “Ley Fundamental,” hasta que pudieron escribir y votar formalmente una nueva Constitución el 24 de febrero de 1976. A lo largo del año pasado, el pueblo cubano estuvo discutiendo y debatiendo su nueva Constitución, que se aprobó por referendo el 24 de febrero de 2019.
Proceso popular para aprobar la nueva Constitución
La periodista cubana Vivian Bustamante Molina describe el proceso participativo que se llevó a cabo a lo largo de todo el país camino al Referendo Constitucional: “La aprobación de la nueva Constitución fue antecedida de un proceso de consulta al pueblo que duró tres meses, en lo que es calificada como expresión genuina del carácter democrático y participativo de nuestro sistema socialista”.
Bustamante Molina explica que “el texto [de la nueva Constitución] fue enriquecido con las opiniones vertidas en las 133.681 reuniones realizadas en barrios y centros de trabajo y estudiantiles de las enseñanzas media y universitaria, al punto de que las intervenciones, debidamente valoradas, originaron cambios en casi un 60 % de los artículos del Proyecto, contentivo, entre otros aspectos relevantes, de los fundamentos políticos y económicos, los derechos y los deberes y la estructura del Estado.”
Respecto al proceso de consulta, Ulises Guilarte de Nacimiento, el Secretario General de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC), explicó al Periódico Granma Internacional, que “durante el proceso de consulta popular de la nueva Constitución, los trabajadores […] hicieron su aporte para garantizar que queden refrendados los derechos de la clase obrera, imprescindible en el quehacer económico y social de la nación”. Este proceso es una de las razones que explica la participación masiva del pueblo cubano en la votación y el alto grado de apoyo con el voto “SÍ”.
¿Qué es lo nuevo de la nueva Constitución?
En términos generales la nueva Constitución incluye, en primer lugar, algunas nuevas aperturas económicas respecto a la propiedad privada y las inversiones extranjeras, a la vez que mantiene el compromiso de Cuba con una economía planificada y el socialismo, junto con el carácter universal y gratuito de los sistemas de salud y educativo. En segundo lugar, incluye algunos cambios políticos respecto de la estructura de los gobiernos nacionales, provinciales y municipales, y la longitud del mandato de los presidentes, a la vez que crea el puesto de Primer Ministro. En tercer lugar, la Constitución introduce cambios legales y sociales, como por ejemplo:, la presunción de inocencia, dentro del sistema legal; la prohibición de la discriminación por motivos de orientación sexual o identidad de género; y una provisión que deja abierto para futuras determinaciones el lenguaje específico que redefiniría al matrimonio sin discriminación por orientación sexual o identidad de género.
A lo largo de los tres meses de reuniones populares descritas por Bustamante Molina, mucho de los artículos de la Constitución fueron debatidos y cuestionados. Algunos de los puntos principales mencionados se resumen en la infografía de CubaDebate que republicamos en este artículo.
A continuación, presentamos a modo de ejemplo tres artículos que fueron discutidos con frecuencia en las reuniones populares:
1) Artículo 121, sobre la elección del presidente por la Asamblea Nacional del Poder Popular, 16.176 personas expresaron su opinión, en su mayoría pidiendo que el presidente sea elegido de manera directa por los y las votantes.
2) Se compartieron más de 182.000 opiniones sobre el derecho a asistencia jurídica y el ejercicio de la defensa. La propuesta principal fue que el derecho a un abogado o abogada sea explícito desde el momento del arresto.
3) Artículo 68, sobre el tema del matrimonio igualitario y la apertura del matrimonio a cualquier pareja, sin importar su género. Se recibieron 192.408 opiniones, en su mayoría pidiendo que se elimine este artículo o se mantenga la definición de matrimonio de la Constitución de 1975, que especificaba un hombre y una mujer.
Como era de esperarse, el intento de expandir la definición de matrimonio en Cuba tuvo una fuerte oposición de parte de muchas iglesias cubanas e instituciones religiosas internacionales. Organizaron una campaña en Cuba y en redes sociales en contra del derecho al matrimonio de las personas LGBTQ+. Este se convirtió en uno de los artículos más polémicos en la nueva Constitución y amenazó con mover el eje del referendo, convirtiéndolo en un voto a favor o en contra del matrimonio igualitario, en detrimento de todos los demás temas y asuntos.
Aunque Cuba ha avanzado mucho en la promoción de los derechos de lesbianas, gays, bisexuales y transexuales, muchos comentarios anecdóticos sugieren que en este tema había una división muy clara entre los ámbitos rurales y urbanos. La versión definitiva de la nueva Constitución que se votó en el referendo omite toda definición de matrimonio, abriendo así la puerta al matrimonio igualitario en el futuro. Según la Constitución, la definición de matrimonio se discutirá cuando Cuba actualice su Código de Familia en los próximos dos años a través de un “proceso de consulta popular” y “referendo”. Y nuevamente, más allá de toda controversia, son en definitiva los debates y las consultas masivas las que tienen la última palabra en la democracia socialista popular cubana.
Por supuesto, es polémico organizar un referendo nacional sobre un derecho humano fundamental. Por ejemplo, el derecho al voto de las personas negras en Estados Unidos, o de los pueblos indígenas de Canadá, quizás no hubieran sido reconocidos si los respectivos gobiernos los hubieran sujeto a referendos en los años 50 o 60. Lo mismo podría decirse del matrimonio igualitario cuando la ley fue aprobada en Canadá en 2005. Los derechos no deberían ser reconocidos o negados en función de lo que opina la mayoría de la sociedad; son derechos y deberían ser irrevocables. Todos los seres humanos deberían ser reconocidos como iguales por las leyes que gobiernan su sociedad.
Al mismo tiempo, Cuba está en una situación difícil. El gobierno revolucionario cubano busca un consenso en su impulso hacia su proyecto socialista. Busca la participación activa de todas las personas, en la política y en la sociedad. Hay quienes consideraban que impulsar el reconocimiento al derecho al matrimonio igualitario sin consolidar una conciencia y apoyo más amplio podía socavar el proceso de reforma constitucional. En particular, podría haber abierto un espacio para que los enemigos de la revolución cubana sembraran más divisiones en la sociedad, algo que se vio durante el verano en mensajes dirigidos a Cuba enviados desde iglesias y grupos religiosos anti-LGBTQ+ de EE UU.
En un artículo titulado “Las razones de mi voto”, la presidenta del Consejo Asesor del Ministro de Cultura de Cuba, Graziella Pogolotti se dirige a quienes están en contra del matrimonio igualitario en Cuba. Escribe que la nueva Constitución de Cuba “condena todas las formas de discriminación por motivos de raza, procedencia étnica, origen social, género, discapacidad y orientación sexual”. Pogolotti fundamenta por qué votará “sí” a la nueva constitución: “Actualiza el concepto de familia al reconocer su diversidad de formas y constitución. Legitima con ello una realidad existente ahora mismo con raíces venidas de tiempo atrás y ocultas bajo el manto de la hipocresía, fuente de prejuicios lacerantes heredados de la zona más oscura de nuestra tradición cultural”.
Los resultados del referendo constitucional: una gran victoria
Luego de las 133.681 reuniones comunitarias entre agosto y noviembre de 2018 y cambios a casi el 60% de los artículos en el primer borrador de la nueva Constitución, la Asamblea Nacional del Poder Popular de Cuba discutió y luego ratificó la versión de la nueva Constitución que se votaría en el referendo.
Desde el 22 de diciembre de 2018 hasta el 24 de febrero de 2019, los y las cubanas tuvieron la oportunidad de leer, analizar y discutir la versión final que se sometería a votación.
El 24 de febrero de 2019, en el momento de votar el referendo, el presidente de Cuba Miguel Díaz-Canel dio declaraciones a periodistas. Díaz-Canel dijo que “estoy convencido de que la mayoría de los cubanos va a dar un ‘Sí’ por Cuba, por la Patria, por la Revolución, y por el futuro. Porque esa Constitución dignifica y enaltece los valores del pueblo cubano, dignifica y enaltece el legado de Fidel, de Martí, de Raúl”, enfatizó. Díaz-Canel no pasó por alto que la Constitución que nace amplía los derechos a todos, formula un Estado socialista de Derecho, es avanzada y moderna, y hará posible agilizar procesos y progresar de una manera más decidida. Díaz-Canel también declaró que “el mundo mejor, ese al que todos aspiramos, no es con neoliberalismo: es con socialismo que también tenemos que perfeccionarlo, y (…) buscar una mejor respuesta económica a los problemas de las gentes. Porque ya socialmente el socialismo demostró que es más justo, y que realmente sí garantiza la justicia social”.
De los y las votantes, 86,85% votaron “SÍ” a la Constitución, con solo un 9% que votó “NO.” La participación electoral en Cuba para el referendo también fue muy alta, 90,15%. Para situarlo en contexto comparativamente, en 2016 la elección presidencial estadounidense tuvo una participación electoral de 61,4%, y en 2015, para la elección federal de Canadá, fue de 68,3%. La participación de una abrumadora mayoría del pueblo cubano en este proceso indica no sólo un deseo de reforma constitucional, sino también un notable grado de confianza en el proceso y sus procedimientos.
El Secretario de Estado de los EE UU ataca los resultados
A pesar de las estadísticas claras y el triunfo del referendo en Cuba, el Secretario de Estado de EEUU, Mike Pompeo, decidió hacer declaraciones difamando la decisión de más de 7,8 millones de cubanos y cubanas.
Pompeo declaró que “el 24 de febrero, el régimen comunista cubano celebró lo que llamaron un ‘referendo nacional’ sobre modificaciones a su Constitución. Nadie debería dejarse engañar por este ejercicio, que logra poco más que perpetuar el pretexto de la dictadura de partido único del régimen. […] Los Estados Unidos continúan apoyando a los cubanos que han sufrido por 60 años el sistema político fallido y la mala gestión económica de la revolución. Creemos que la historia está del lado del valiente pueblo cubano y que este hemisferio es una región donde la democracia, la libertad y la dignidad humana prevalecerán”.
Mientras el gobierno de EEUU arremete contra el proceso de reforma constitucional en Cuba, acusándolo de antidemocrático, también sigue apoyando al presidente de Honduras Juan Orlando Hernández, quien tomó el poder por medio de un fraude, y al golpe de la derecha en contra del gobierno democráticamente electo de Venezuela. Y mientras declaran tanto supuesto interés por el pueblo cubano, Washington está prácticamente solo en su imposición de un bloqueo criminal a la gente de la isla-nación.
En una entrevista con CubaDebate a la Dra. Martha Prieto, vicepresidenta de la Sociedad Cubana de Derecho Constitucional y profesora en la Universidad de la Habana, se le preguntó: ¿qué valores distinguiría de la Constitución que se somete a referendo?”
La Dra. Martha Pietro respondió que “[los valores incluidos] son esenciales. La dignidad human: se ha reforzado su tratamiento, irradiando a todo el texto, a los derechos y todo el ordenamiento jurídico. La igualdad, también con más amplitud, dentro del reconocimiento de la diversidad. La protección de los intereses personales, con la exigencia de la solidaridad humana como medio de asegurar la existencia de la persona, en lo individual y colectivo, expresado también en la protección de los derechos que son para todos y en el deber de contribuir todos al desarrollo y de respetar los derechos de los demás”.
Mientras Cuba ha sufrido por más de cinco décadas un bloqueo injusto de parte de EEUU, su economía y sociedad también enfrenta desafíos futuros. Es solamente a través de la discusión, el debate y la unidad que continuarán avanzando en las conquistas de la revolución cubana y fortaleciéndose para el camino por delante. Sin embargo, no se realizará todo el potencial de las reformas y del socialismo cubano hasta que Washington cese la guerra económica injusta con la que castiga a la isla hace medio siglo.
Publicado por primera vez en el sitio web del Consejo de Asuntos Hemisféricos (conocido por sus siglas en inglés COHA): www.coha.org
First appeared in English in Fire This Time March 2019.
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