La Campaña de Solidaridad con Venezuela del Movimiento por Justicia Social “Fire This Time” en Vancouver, Canadá, condena el intento de violentos ataques en Venezuela de parte de mercenarios respaldados por EE.UU. que comenzaron durante las primeras horas del 3 de mayo de 2020. En una semana, 31 mercenarios han sido arrestados por el gobierno de Venezuela. Entre ellos, dos ex miembros de las fuerzas especiales del ejército estadounidense, Luke Denman y Airan Berry, quienes implicaron al gobierno de EE.UU. y sus marionetas de derechas en la fallida operación paramilitar.
El presidente de EE.UU. Donald Trump niega todo conocimiento del frustrado intento de golpe de Estado en contra del presidente de Venezuela electo democráticamente, Nicolás Maduro, pero las numerosas huellas del gobierno estadounidense están por todas partes. En primer lugar, toda la operación criminal para “derrocar el régimen actual e instalar al presidente de Venezuela reconocido, Juan Guaidó” comenzó con un contrato de $213 millones entre la marioneta de EE.UU. Guaidó y Silvercorp, una empresa de seguridad privada dirigida por el ex boina verde estadounidense Jordan Goudreau. Desde autodeclararse “presidente interino” en enero de 2019, el gobierno de los Estados Unidos entregó a Guaidó decenas de millones de dólares de los bienes de Venezuela embargados en EE.UU. Guaidó y sus lacayos contrarrevolucionarios no operan sin el apoyo, la guía y el beneplácito de quien tira de sus hilos, el gobierno de EE.UU.
Por ende, este complot fallido, ahora conocido como la “Operación Gedeon”, fue concebido en los Estados Unidos y lanzado desde Colombia, donde también tuvo lugar el entrenamiento de los mercenarios contrarrevolucionares durante los últimos meses. El gobierno y las fuerzas militares de los Estados Unidos tienen una estrecha relación con el gobierno de derecha colombiano. El ejercito de los Estados Unidos ha tenido una presencia constante en Colombia durante décadas con el pretexto de estar luchando en la “guerra contra las drogas”, lo que incluye acceso a bases militares colombianas. En 2018, Colombia también se convirtió en el primer “socio global” latinoamericano de la alianza militar OTAN liderada por los EE.UU.
Desde que comenzó el 2020, el gobierno de los Estados Unidos y sus aliados, incluyendo al gobierno de Canadá, no han cesado en la escalada de bloqueo y sanciones en contra de Venezuela. A pesar de la amenaza fatal del Covid-19, el gobierno de los Estados Unidos ha impuesto sanciones adicionales contra Venezuela, agravando de manera crítica las restricciones que impiden el acceso a los alimentos, los medicamentos y el equipamiento médico necesario para combatir la pandemia. Según el ex relator especial de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, Alfred de Zayas, estas sanciones le han costado a la economía venezolana al menos $116 miles de millones en los últimos 5 años y han causado un estimado de 100.000 muertes en Venezuela.
Más grave aún, al mismo tiempo el gobierno de los Estados Unidos también ha escalado las amenazas militares contra Venezuela. En marzo, el presidente de EE.UU. Trump anunció el mayor despliegue militar estadounidense sobre las aguas del Caribe que rodean a Venezuela desde su invasión a Panamá en 1989. Esta amenaza es posterior a la acusación al Presidente Maduro de parte del gobierno estadounidense bajo cargos de “narco-terrorismo” y el anuncio del Departamento de Estado de EE.UU. de una recompensa de $15 millones por la captura del Presidente Maduro.
La Campaña de Solidaridad con Venezuela del Movimiento por Justicia Social “Fire This Time” aplaude el coraje y la determinación del pueblo venezolano. Este pueblo ha derrotado los últimos ataques mercenarios y asestado otro golpe a la campaña patrocinada por EE.UU. para derrocar el gobierno elegido democráticamente del Presidente Nicolás Maduro y revertir las conquistas obtenidas por el pueblo pobre, trabajador y oprimido de Venezuela durante la revolución Bolivariana.
El pueblo de Venezuela demuestra todos los días su compromiso en la defensa de su soberanía, su autodeterminación y el gobierno democráticamente electo del Presidente Maduro. Es nuestra responsabilidad potenciar las voces del pueblo pobre, trabajador y oprimido, incluyendo la voz del humilde pescador Chuao, quien colaboró en la captura en la costa de algunos de los mercenarios estadounidenses armados.
Como personas que vivimos en Estados Unidos y Canadá, tenemos la responsabilidad de exigir la rendición de cuentas de estos gobiernos por su apoyo a la oposición violenta y contrarrevolucionaria de Venezuela y a su marioneta Juan Guaidó. Debemos trabajar para construir un movimiento más fuerte y unido en solidaridad con Venezuela, para detener las provocaciones e intervenciones militares en Venezuela. Junto con millones de personas en todo el mundo, exigimos el cese de las sanciones y el bloqueo.
EE.UU. y Canadá, ¡Fuera de Venezuela!
11 de mayo de 2020
Vancouver, Canadá
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