“¿Queremos mejorar la salud de millones de
estadounidenses? Levantemos el bloqueo a
Cuba”, tal es el título de un artículo publicado
el 8 de agosto en la revista estadounidense
Observer Chronicle por Peter Bourne,
quien hace 40 años fuera asesor especial en
temas de salud del Presidente Jimmy Carter,
cuando éste levantó parcialmente la hasta
entonces total prohibición de viajar a Cuba
impuesta por Washington a los ciudadanos
estadounidenses.
“Con la reapertura de las embajadas, la
eliminación de Cuba de la “lista del terror”
y las medidas que han hecho un poco más
fácil para los estadounidenses viajar allí, el
gobierno del Presidente Barack Obama ha
dado pasos iniciales para poner fin a una
política que ha afectado la salud de los
estadounidenses por más de medio siglo.
Las acciones para aligerar las restricciones
sobre viajes a Cuba por ciudadanos
estadounidenses y la relajación de algunas
disposiciones del bloqueo económico, son
positivas por varias razones, pero quizás la
más urgente sea por lo que representa para
la salud de los ciudadanos de ambos países”.
Bourne asegura que entonces le quedó muy
claro a él que ningún elemento de las dos
sociedades se beneficiaría más con el libre
intercambio de ideas que la salud de ambos
pueblos.
Apunta que el reciente anuncio de que Cuba
se ha convertido en el primer país del mundo
en acabar con la transmisión de madre a hijo
del VIH y la sífilis es sólo un ejemplo de la
evolución en la isla de beneficios potenciales
para los norteamericanos. “Con la puerta
abierta por las relaciones diplomáticas,
ahora vislumbramos las posibilidades
del aprendizaje conjunto, investigación y
desarrollo de estrategias eficaces de salud y
nuevos tratamientos”.
“Como consecuencia de nuestro largo
aislamiento de Cuba, la mayoría de los
estadounidenses desconocen que los
investigadores cubanos han desarrollado
muchos tratamientos eficaces en el Instituto
de Inmunología Molecular del país. Son
innovaciones que no sólo prolongan la vida,
sino también mejoran la calidad de vida de
los pacientes con afectaciones de pulmón
y otros tipos de cáncer. Y han demostrado
ser eficaces con los pacientes pediátricos en
ensayos clínicos. Un tratamiento denominado
CimaVax – potencial vacuna del cáncer de
pulmón – ha recibido atención de los medios
por su innovación, pero no está accesible a
los pacientes de cáncer de pulmón de Estados
Unidos por
los enormes obstáculos que obstaculizan el
conocimiento de sus beneficios mediante la
información científica”.
Precisa Bourne que Cuba tiene una
experiencia considerable en la prevención
y tratamiento del dengue, una enfermedad
dolorosa, y a veces fatal, transmitida por
mosquitos que es endémica en la mayoría
de la cuenca del Caribe, incluyendo Puerto
Rico, y que ahora se ha trasladado a los
Cayos de Florida, Texas y, más al norte, a San
Francisco. Cuba es la sede del único centro de
colaboración de que
dispone la Organización Mundial de la Salud
(OMS) sobre Dengue y administra los más
avanzados ensayos de fase clínica para el
logro de una vacuna contra esta enfermedad.
Considera el científico estadounidense que
el avance más espectacular de Cuba, sin
embargo, puede ser un medicamento llamado
Heberprot-P, con el que ya se ha tratado a
más de 165.000 pacientes de pie diabético en
26 países, reduciendo el riesgo de amputación
en un 75 por ciento.
Lamenta Bourne que el Heberprot-P no
está disponible en los Estados Unidos, donde
la diabetes afecta a más de 29 millones
de personas –casi el diez por ciento de la
población- y los diabéticos sufren
anualmente 85.000 amputaciones de
miembros, sin beneficiarse de este tratamiento
salvador creado por los cubanos.
Ahora estamos en un momento cuando una
acción decidida en Washington podría pasar
de lo simbólico a la práctica y mejorar la
salud de millones de estadounidenses en el
proceso, concreta Bourne.
La pelota está ahora en la Cámara del
Congreso, que debía seguir el ejemplo del
Comité de Apropiaciones del Senado y, más
allá de eso, votar por el levantamiento del
bloqueo económico contra Cuba. Nuestros
pueblos serán por ello más saludables,
enfatiza Bourne.
En virtud de ciertas modificaciones
introducidas por el ejecutivo de Estados
Unidos en las disposiciones del “embargo”
tras los acuerdos entre los Presidentes de
Estados Unidos y Cuba, los estadounidenses
pueden ser autorizados mas liberalmente
por Washington a viajar a Cuba si es con un
objetivo científico, religioso o deportivo, entre
otros, aunque todavía les está prohibido por
el bloqueo norteamericano de más de medio
siglo practicar en la isla actividades propias
el turismo (paseos, playas, diversiones) y toda
forma de comercio o inversión con entidades
cubanas.
www.manuelyepe.wordpress.com
*Manuel E. Yepe Menendez es periodista y se
desempena como Profesor adjunto en el Instituto
Superior de las Relaciones Internacionales de
La Habana.
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